2014: ¡Una Nueva Oportunidad!

Imagen

 

Foto tomada de: http://micomunidadviva.blogspot.com

Por alguna razón, los inicios son esperanzadores. No es distinto con los comienzos de año. Sentimos de alguna forma que se abren puertas y oportunidades bien sea para replantear lo que podemos hacer mejor, para emprender nuevas cosas, para determinarnos a terminar lo inconcluso, etc.

Aunque el tiempo de Dios (Kairós) no se mide en el calendario de los hombres (Cronos), seguro que Él entiende que esta es una oportunidad para acompañarnos a emprender en este deseo de hacer las cosas mejor. Dios quiere que soñemos y que soñemos en grande (Isaías 53:8-9), que seamos transformados para alcanzar un propósito.

Me pasa igual. Cada final de año evalúo qué salió bien y qué hubiese podido salir mejor. El autoexamen es clave para ser mejores en Dios. Igual de importante es el agradecimiento. Siempre tengo una lista detallada de las cosas para estar agradecida. No sólo agradezco las cosas que parecerían obvias como mi vida y la de mi familia, la provisión, la salud, etc., sino que repaso todo lo que en un año han sido mis bendiciones, aún en la dificultad.

Hago un esfuerzo por recordar en cada mes (al menos) en qué forma especial Dios me manifestó su amor,  en cuántas batallas me alentó y me fortaleció cuando todo se veía imposible de superar, cuántos ángeles de carne y hueso envió para ayudarme cuando lo necesité. A veces olvidamos que Él siempre está ahí, haciendo lo imposible (Mateo 28:20b).

Luego de esto, presento delante de Dios mis sueños. Sí, una lista de mis sueños, de mis metas, de los anhelos de mi corazón. Sé que Dios los conoce, pero en una conversación honesta me gusta contárselos con todo detalle. Para eso tengo mi libro de sueños, que elaboro con todo cuidado y dedicación. Lo lleno de imágenes, palabras, colores. Ese “libro” (libreta, cuaderno, lo que a cada cual le resulte) me acompaña todo el año y persisto en la oración por ellos.

Y así, no se trata sólo de empezar con ánimo un nuevo año, sino de asegurarnos que luego de reflexionar, agradecer y proyectarnos, estamos listos para seguir caminando con Dios en esta nueva oportunidad, porque cada día Dios renueva su fiel amor (Lam 3:23).

Así que, !anímate a creer que Dios traerá siempre lo mejor! Mantén un corazón agradecido y una fe acompañada de acciones (Sant 2:14-18) que te permitan moverte en la dirección del plan que Él tiene para ti en este año.